Palabra de Gygax: El Hombre Enjoyado

Son muchos los misterios que rodean a la legendaria campaña original de Gary Gygax, situada en las mazmorras del Castillo de Greyhawk. El Gran Rostro de Piedra es uno de esos misterios, y en el artículo que nos ocupa hoy, publicado en diciembre de 2001, Gygax nos habla de otro de ellos, el Hombre Enjoyado, que ninguno de sus jugadores logró atrapar jamás. Os dejo con el artículo, y para no espoileároslo, me reservo mis comentarios para después. 

Aquel Que Escapó, de Gary Gygax

El Hombre Enjoyado

Al rememorar los “viejos tiempos”, los jugadores de la campaña de GREYHAWK original siguen sacando a colación al Hombre Enjoyado. Aunque hubo victorias a montones para quienes se aventuraron a través de las ruinas del Castillo de Greyhawk, aquellos veteranos siguen intentando descubrir quien y qué era aquella figura. Eso se debe a que ni uno sólo de los PJs lograron atrapar a aquella cosa increíble, el Hombre Enjoyado. Toda esa especulación es en vano, por supuesto. Hasta que el personaje de algún jugador no logre descubrir la verdad sobre él, el misterio jamás será revelado. Es un secreto, y el misterio es parte fundamental de toda buena campaña.

Cuando los grupos de PJs que hurgaban en las mazmorras del Castillo de Greyhawk se abrieron paso hasta una profundidad moderada, iban todos en busca de tesoros mayores. Esa era la forma natural de hacer las cosas; en las versiones originales de D&D y AD&D, los premios en puntos de experiencia se basaban principalmente en el valor de la pila de tesoros de un monstruo derrotado, no en el poder del monstruo. Claro, se repartían PX por matar a criaturas inmundas, por el uso exitoso de los conjuros y otros actos heroicos. Incluso el empleo más riguroso de espada y hechizo, sin embargo, era insuficiente para ganar las grandes cantidades de experiencia necesarias para ganar un nivel. A la menor brevedad, los jugadores descubrían que el cobre era morralla, la plata insignificante, e incluso el oro una recompensa mediocre en el mejor de los casos. ¿El platino? No mucho mejor que el oro. Las gemas, la joyería y los objetos mágicos, esos eran el objetivo de las exploraciones de todo grupo,  los medios para volverse más diestro en la clase de personaje propia.

Fue alrededor del octavo nivel de la mazmorra donde los primeros osados aventureros dieron con algo con lo que anteriormente sólo habían soñado. Tenser, Robilar y Terik quedaron entusiasmados cuando, al entrar en una gran cámara, vieron a una figura que parecía hecha enteramente de oro. Esta visión fue aún más maravillosa no porque la cosa parecida a un hombre estuviera animada, sino más bien porque el reluciente metal dorado del cuerpo de la figura estaba tachonado de gemas facetadas de todos las formas y tamaños. Incluso a una cierta distancia, estaba claro que miles de quilates en diamantes, esmeraldas, zafiros y rubíes -todo el espectro de piedras preciosas- estaban incrustadas en el cuerpo dorado de la criatura. Con toda seguridad , el extraño autómata dorado representaba una riqueza por valor de millones y millones de monedas de oro -y suficientes puntos de experiencia como para hacer avanzar al siguiente nivel de poder a un grupo grande y de nivel alto.

Incluso mientras se lanzaba un hechizo para impedir que el Hombre Enjoyado actuara, los guerreros ya se lanzaban a la carrera para enzarzarse con aquella maravilla. Lamentablemente para los aventureros, el hechizo no tuvo ningún efecto, y antes de que los ansiosos luchadores se acercaran, la figura ya se estaba alejando, corriendo tan rápido que ni siquiera las botas de velocidad podían mantener el ritmo. Pasadizo abajo se marchó la forma centelleante, con el grupo en plena persecución. En un tiempo demasiado breve, sin embargo, el Hombre Enjoyado les había perdido, desvaneciéndose en el laberinto de los pasadizos circundantes. Jurando regresar, los aventureros se marcharon con las manos vacías, conformándose finalmente con objetos menos preciosos arrebatados a oponentes probablemente menos temibles.

Los jugadores, obviamente, se embarcaron en una serie de expediciones que comprendían tanto al equipo original como a otros personajes – incluso PJs solitarios. La mayoría de los grupos lograron abrirse camino hasta aquella localización, y entre aquellos que encontraron la gran cámara, la mayoría encontraron al Hombre Enjoyado en su interior. Cada encuentro sucesivo veía como los aspirantes a captores se frustraban más y más, tornándose más agresivos y desconcertados por su falta de éxito. La razón de su fracaso en capturar el ansiado premio pudo muy bien encontrarse en los labios sellados de los aspirantes a saqueadores.

Casi todos sabían que parecía imposible coger a la criatura por sorpresa, pero los equipos y personajes individuales se guardaban para sí el éxito de otras acciones. Claramente el incalculable valor del tesoro y la reputación que se adquiriría al hacerse con él servían para disminuir la cooperación, lo único que hace más probable el éxito en una aventura.

Este efecto no fue imprevisto, pero las acciones de los jugadores lo hicieron más fácilmente reconocible. Para reflejar las actitudes de los PJs, era natural usar indirectas e insinuaciones para dar a entender que tal o cual personaje iba a intentar capturar al Hombre Enjoyado por su cuenta. Las aventuras en solitario por parte de los jugadores más capaces fueron poco frecuentes a partir de entonces, pues sus pares detestaban concederle a uno de los suyos la oportunidad de atrapar sólo al Hombre Enjoyado.

Hasta este día la cosa cubierta de gemas -y uso ese término a sabiendas, pues nadie ha descubierto qué es exactamente- ronda por la gran cámara en los niveles medios de las mazmorras del Castillo de Greyhawk. Han pasado años desde que se realizara un último y determinado esfuerzo por capturar a la criatura, pero los veteranos de los tiempos inmemoriales en los que la exploración y las proezas eran como el pan y el agua para una gran compañía siguen hablando de ello. Las teorías de que era una ilusión cayeron por su propio peso ya que varios grupos distintos realizaron intentos fallidos por demostrar que no era real. También hay gruñidos sobre el “DM tramposo”, pero esas son quejas desganadas. Sencillamente, los jugadores implicados saben en su fuero interno que nunca realizaron un intento realmente coordinado, y cada uno de ellos sospecha que uno de estos días simplemente podrían tener éxito.

Quizá lo tengan, y entonces la historia de ese triunfo será contada y recontada. Por ahora, sin embargo, tan solo se pueden relatar historias tristes sobre aquel que escapó.


Bueno, vaya historia, ¿eh? Resulta interesante cómo Gygax nos recuerda que la experiencia en las versiones primigenias del juego procedía en su mayor parte de los tesoros encontrados, algo que matiza bastante algunas visiones estereotipadas del D&D de la vieja escuela como un “mata-mata” en el que lo único que importa es matar bichos. y de lo que se ha hablado anteriormente en blogs como La Frikoteca. El valor de experiencia de un monstruo era como un premio adicional, una especie de bonus por rematar el trabajo, pero si podías llevarte el tesoro sin arriesgar la vida y una serie de preciosos recursos, mejor que mejor. En palabras del propio Gary, “es seguro que te aguardan tanto tesoros inmensos como una muerte horrible, así que debes hacerte con lo uno mientras evitas lo otro”. 

Pero por encima de todo, este artículo es toda una lección de cómo dejar que los jugadores fracasen. Muchos juegos actuales buscan quitar mordida a los fracasos de los PJs, pero aquí vemos un ejemplo de como la filosofía contraria ha mantenido en vilo a sus jugadores durante mucho tiempo. Sin la posibilidad de fracaso, sin sacrificios que aceptar ni derrotas que asumir, el heroísmo se siente como algo hueco, y las grandes historias que tanto amamos no existirían en absoluto. Creo que en los juegos de rol eso es tan cierto como en la literatura, o quizá más, teniendo en cuenta que los protagonistas no son meramente personajes imaginarios sino también personas reales que participan directamente de la aventura, y cuyos triunfos y logros deben sentir como propios. Y eso sólo ocurre si saben que el máster les dejará fracasar.

Gygax también nos da una auténtica master class de como mantener un secreto contra viento y marea… ¡durante más de treinta años! Al dirigir Alasia, no tardé en descubrir que una de las cosas más duras de crear una campaña de ese estilo es contener las ansias por que los jugadores descubran tal cosa o tal otra, o se encuentren con tal personaje, o resuelvan tal misterio que has fragmentado a lo largo y ancho del mapa. Y son cosas que pueden no suceder nunca. Que Gygax lograra mantener la boca cerrada sobre este misterio durante tanto tiempo lo dice todo de su filosofía masteril, y de la devoción con que la practicaba. 

El Hombre Enjoyado sigue siendo un misterio a día de hoy. Hasta donde yo sé, Gygax se llevó sus secretos a la tumba. Ninguna de las investigaciones que he realizado en la red me han dado más información de la que aporta este artículo, ni siquiera al bucear entre los posts del propio Gary en Dragonsfoot o entre los archivos de auténticos eruditos de Greyhawk como Joseph Bloch, y si alguien tiene más información al respecto, estaría encantado de oirla. Pero mucho me temo que nunca conoceremos la verdad sobre tan enigmática figura. Y quizá sea lo mejor. Al mundo, incluso al mundo imaginario de los juegos de rol, no le viene mal conservar algo de misterio. 

6 comentarios en “Palabra de Gygax: El Hombre Enjoyado”

  1. Estoy totalmente de acuerdo con Yop.
    Otro misterio era La Cara de Piedra. Una enorme escultura semejante a una estatua de la isla de Pascua, cuyo proposito se desconocia…

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    1. Efectivamente. En Los Gorgoten ya hablaron de ello no hace mucho, razón por la que me he saltado la traducción del artículo de Gygax. Si hay interés podría traducirlo sin ningún problema. No obstante, Gygax vuelve a hablar de ella más adelante, hacia el final de esta serie…

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  2. Jordi, quizás en referencia a lo dicho por el anterior comentario, deberías ir pensando en redactar tu campaña de Alasia para el público. Aunque eres muy joven, los que hemos leído tu blog tenemos ganas de conocer de cerca tu mundo,tanto delante como detrás de la pantalla.

    Hexplora! ha sido todo un hito, y es cierto que el libro contiene un ejemplo… pero te picaré diciendo que yo no me siento contento y quiero verlo ejemplarizado en fantasía épica tradicional en lugar de un mundo de espada y brujería.

    Queremos Alasia ! XD

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    1. Pues es algo que tengo muchas ganas de hacer, la verdad, y que estoy valorando. Me halaga sinceramente que despierte interés como el que demuestras. Ojalá algún día no muy lejano lo veamos. Mientras tanto, un ejemplo de fantasía épica más tradicional lo podrás leer dentro de no mucho tiempo en El Arca de los MIl Inviernos… ¡Espero que sea también de tu agrado!

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