Finde en la Fancon, Edición 2015

El fin de semana pasado se celebró la segunda edición de las jornadas Fancon en Palau Solità i Plegamans, y como el año pasado, allí estuve dispuesto a pasármelo bomba en este paraíso del frikismo. Este año, sin embargo, no me limité a pulular y curiosear, que también, sino que… Bueno, mejor os lo cuento en orden.

Para poneros en situación, la Fancon es un gran festival del ocio alternativo, que gira alrededor del mundo de los juegos de rol y de mesa, videojuegos clásicos y máquinas recreativas, cómics, cine y series de televisión, literatura fantástica, recreaciones históricas de combate, e incluso espectáculos de wrestling. Sea cual sea tu tipo preferido de “vicio y subcultura”, lo puedes encontrar en la Fancon sin duda.

Fancon Playing

Juegos para todos los gustos y para toda la familia

Pues bien, a pesar de no disponer del fin de semana entero para disfrutar de la ocasión, puedo decir que le saqué buen provecho al tiempo que pude dedicarle. Después de pasear un rato por el recinto principal y echar un vistazo a las novedades en juegos de rol y de mesa, entre los cuales me apunté el Katamino (después de una estupenda demostración por parte de Natàlia i Xavier de Lu2) para jugar con mi peque cuando sea algo mayor, salimos a ver la recreación de combates que estaba teniendo lugar en el exterior. Allí pasamos un buen rato viendo como los miembros de la asociación Fets Històrics se daban unos cates de órdago, parando con los escudos (y a veces con los cascos!) y contraatacando, intentando marcar al rival con un golpe que el arbitro juzgara definitivo.

Fancon Combate 3

Un Templario de la sociedad Fets Històrics repartiendo estopa

Después salieron a la arena los gladiadores y gladiatrix de Tarraco Ludus, calentando al público con una genial explicación previa de cómo eran los combates históricamente, y conminando a la audiencia a gritar “Jugula” o “Vita” para condenar o salvar al perdedor. Las primeras en combatir fueron las gladiatrix, Boudicca y Hécate, y realmente hay que decir que lo dieron todo. Lamentablemente, el tiempo apremiaba y no pudimos quedarnos a ver el resto de combates. Había llegado el momento del Aquelarre.

Fancon Gladiatrix

Las Gladiatrix de Tarraco Ludus demostrando de qué están hechas

Partida de Aquelarre

Uno de los eventos estrella de la presente Fancon era para mí, sin ningún género de dudas, la partida de Aquelarre que iba a dirigir nada más ni nada menos que su creador, Ricard Ibáñez. Aquelarre fue el primer juego de rol publicado en España, y se centra en una visión de la Edad Media en la península en la que sus leyendas, brujerías y supersticiones son reales. Ibáñez, historiador y escritor además de diseñador de otros juegos como Alatriste, es una de los grandes nombres de la historia del rol en este país, y la oportunidad de jugar a su creación teniéndole a él como Director de Juego era un verdadero caramelo. Las plazas se habían adjudicado mediante concurso, y yo era el afortunado ganador de una de ellas. Por ausencia de un par de ganadores, y con el beneplácito de Ricard y de la organización, mi hermano acabó pudiendo sentarse a jugar también.

Fancon Aquelarre

Jugando a Aquelarre con el mismísimo Ricard Ibáñez como master… ¡Impagable!

Con el resto de jugadores, David y Josef Bugman -autor del blog Juegos y Dados, del que soy lector asiduo y que se está currando muchísimo una serie de entrevistas a todos los pesos pesados del rol en España- congeniamos estupendamente desde el primer momento, y lo mismo puedo decir de Ricard Ibáñez, que no tardó en meternos en situación y en avisarnos de que no se trataba de una aventura para todos los públicos. ¡No esperábamos menos! La aventura, titulada “Cuando las Niñas no son Princesas”, nos puso en la piel de cinco mujeres de distintas etnias y orígenes sociales, encerradas en una oscura mazmorra Dios sabe con qué oscuras intenciones. No voy a contar más para no destripar nada, ya que me consta que Ricard la ha dirigido en alguna otra jornada. Lo que si puedo decir es que fue tremendamente divertida, y Ricard la dirigió con una vis teatral alucinante. Realmente veías en tu imaginación los esperpénticos personajes con los que nos encontramos durante nuestra gran evasión. La suerte estuvo de nuestro lado y logramos salir todos (perdón, todas) de allí con vida, aunque el epílogo nos reservó alguna que otra sorpresa. Si alguna vez tenéis la oportunidad de jugar con el maestro Ibáñez, haceros un favor y no la dejéis pasar. disfrutaréis como enanos. Y si tenéis compañeros de mesa como los que tuvimos en suerte, todavía más.

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El maestro Ibáñez en plena interpretación…

Partida de El Favor del Faraón

A ultimísima hora, después de la partida de Aquelarre pero antes de la invasión de los zombies batuqueros, todavía tuve tiempo de participar como observador (ya que todas las plazas ya estaban cubiertas) de una partida demostración de El Favor del Faraón, de la mano de Viravi Edicions. Se trata de un juego de dados en el que cada jugador intenta ganar convirtiéndose en el favorito de la reina. Para ello, debe ir adquiriendo una serie de ventajas mediante ciertas combinaciones de resultados en los dados. Las ventajas están distribuidas en forma de pirámide, con las más fáciles de obtener en la base y aumentando en dificultad hasta que se vuelven imposibles de sacar con los dados de los que dispones originalmente. Las ventajas son desde dados extra, a repeticiones de tiradas o dados que puedes guardar fijados en una de sus caras. Ya que las ventajas son finitas y el que no corre vuela, la suerte con los dados, la capacidad de arriesgar o encontrar combinaciones ventajosas con las que aprovechar lo que el azar te ha dado son las claves del juego. La partida que presencié fue ágil y rápida, estuvo reñidísima y tuvo un final muy apretado, con los dados otorgando la victoria en el último momento a Josef Bugman. Me lo pasé genial viéndolo, así que me imagino que jugarlo ya debe ser la leche. Recomendado.

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Partida de Dungeon Crawl Classics

Si el sábado había sido mi día para disfrutar de la Fancon como jugador, el domingo la disfruté desde el otro lado de la pantalla. Este año fui reclutado para dirigir una partida de Dungeon Crawl Classics RPG, un juego que me encanta y con el que disfruto enormemente. El edificio en el que se celebraban las partidas de rol (con la excepción de Aquelarre) albergaba con comodidad a un buen número de mesas, en las que cuando llegué se estaba jugando a Pathfinder, La Leyenda de los 5 Anillos y otros juegos de rol. Tras una breve charla con alguno de los demás masters, me puse a preparar todo el material para poder aprovechar bien el tiempo de partida que teníamos asignado.

La partida originalmente estaba pensada para 4 o 5 jugadores, y a pesar de un cierto temor por mi parte al tratarse de un juego relativamente minoritario, acabé teniendo 7. Por fortuna, la aventura que tenía preparada era un embudo, una aventura para personajes de nivel 0 en la que cada jugador lleva a varios “masillas” normales y corrientes, sin ningún tipo de habilidad aventurera, con el fin de separar a los que están destinados a la grandeza de los que no. Así que cuando llegó un grupo de 6 amigos preguntándome si había sitio para todos, les dije que no había ningún problema. Les hice coger 3 personajes a cada uno sin mirar, totalmente al azar, excepto una voluntaria que valientemente se prestó a llevar tan sólo a 2. El hecho de dirigir un embudo me fue especialmente propicio, ya que de los 7 jugadores, 6 no habían jugado nunca a un juego de rol, así que fue genial para introducirles sin entrar en complejidades como hechizos, habilidades de clase, etc…

La aventura elegida fue “El Portal Bajo las Estrellas”, el embudo que viene en el propio manual de DCC, y sólo puedo calificar la partida como éxito rotundo. Yo me lo pasé genial dirigiéndola y viendo a jugadores sin experiencia buscarse la vida y estrujarse el coco para intentar buscar soluciones a las múltiples situaciones aparentemente letales en las que se iban metiendo. Y el único jugador experimentado que tuve (aunque también era su primera vez en DCC) fue un buen apoyo al otro lado de la pantalla. Aunque nos quedamos solísimos jugando en la sala (todas las mesas terminaron un buen rato antes que nosotros), el final fue apoteósico y logramos terminar la aventura entera a tiempo. De los 20 personajes que entraron, 9 murieron y 11 emergieron de allí con tesoros y la experiencia suficiente como para convertirse en aventureros de verdad. La sesión dio personajes como la pastora ninja (con un rarísimo 18 en Agilidad y cuya jugadora se cuidó muy mucho de que sobreviviera hasta el final) o Donkey Kong (un tonelero que se pasó el módulo lanzando barriles a todo lo que se movía… y a lo que no). En fin, una estupenda tarde de rol y creo que todo el mundo disfrutó muchísimo. Yo el primero. ¡Felicidades a todos los presentes!

Aquella partida también me sirvió para llevar a cabo un pequeño experimento visual. Los mapas de las aventuras del DCC son alucinantes, con Doug Kovacs complementando los planos de las mazmorras con ilustraciones relevantes que convierten cada mapa prácticamente en un poster genial. Y me da mucha lástima que el master sea el único que lo vea, y a los jugadores solo les lleguen mis tristes garabatos. Así que la noche anterior estuve trasteando con el GIMP, un programa de diseño gráfico estilo Photoshop, para crear un efecto de “fog of war” que me permitiera mostrar el mapa original de Kovacs en mi tablet sin revelar nada que los jugadores aún no hubieran descubierto. El resultado fue muy bueno, y probablemente lo repita con cada módulo de DCC que dirija, aunque esto sólo es factible con mapas relativamente sencillos y poco enrevesados. De lo contrario, el número de permutaciones sería inmanejable. Pero lo dicho, quedó muy resultón.

Mapa 1-2 Mapa 1-4 Mapa 1-6

Todos Para Uno: Régime Diabolique

Con aquello terminó mi presencia en la Fancon 2015. Sin embargo, aún me aguardaba otra sorpresa. De los múltiples sorteos en los que participé, acabé por resultar el afortunado ganador de un manual de rol, cortesía de su distribuidor en España, Summum Creator. Se trata de Todos Para Uno: Régime Diabolique, y se trata de una mezcla muy atractiva: espadachines y mosqueteros contra las fuerzas de la noche. Los Mosqueteros del Rey, es decir, los PJs, se enfrentan a hechiceros oscuros, criaturas del más allá y sociedades secretas armados únicamente con su acero y su donaire. ¡Un estupendo e inesperado colofón! Os hablaré más a fondo de este juego que tan buena pinta tiene cuando haya tenido tiempo de leerlo y digerirlo como Crom manda.

Todos-para-uno-catalogo

Y a grandes rasgos, eso es todo. La Fancon de este año ha sido sin duda más grande, más intensa y más variada aún que en su primera edición, lo que augura un futuro sin duda prometedor. ¡La Fancon 2016 no me la pierdo! ¿Y vosotros?

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